Nos sostienen los tejidos feministas. Repudio a las amenazas sufridas por Juana Ruiz, lideresa de Mampuján (Colombia)
A pesar de los distanciamientos, nosotras no estamos aisladas. A nosotras nos sostienen las redes feministas. Por eso hoy queremos alzar nuestras voces, aullar en manada, para repudiar las amenazas sufridas por la lideresa social Juana Ruiz, fundadora de las Mujeres tejedoras de sueños y sabores de paz de la comunidad afrodescendiente desplazada en Mampuján, costa norte de Colombia. Ellas han recuperado los saberes ancestrales de tejido y gastronomía para reconstruir la historia de lucha de la comunidad a la vez que revertir las violencias por el dominio del territorio.
Juana Alicia Ruiz lidera este grupo de mujeres campesinas del corregimiento de Mampuján, ubicado en la región de los Montes de María. Esta población fue desplazada durante la época de mayor ofensiva de los grupos paramilitares en el año 2000, quienes, durante décadas, perpetraron numerosas masacres y asesinatos a lo largo y ancho del territorio colombiano con la aquiescencia directa e indirecta de la fuerza pública y el estado. Desde entonces, y tras un relativo intento de procesos de negociación con algunos grupos paramilitares, ha habido un esfuerzo colectivo de las mujeres de Mampuján por lograr una reconstrucción del tejido social a través del diálogo y la elaboración de telares. Gracias a ese trabajo se han logrado reconstruir relaciones afectadas por el conflicto armado y se han generado lazos de confianza para regresar a los territorios (lo que afecta los intereses económicos de los grandes terratenientes, narcotraficantes, políticos regionales que despojaron a los campesinos de sus territorios y empresarios aliados con las estructuras paramilitares).
En los últimos días, y en medio de una arremetida sistemática y feroz contra las lideresas y los líderes sociales en Colombia, Juana ha recibido llamadas intimidantes por parte del jefe del grupo conocido como el Clan del Golfo, heredero de las estructuras paramilitares y uno de los carteles más poderosos del país que ejercen el control sobre los territorios de la región de Urabá. En ese país, como en otros de Latinoamérica, se han sistematizado las amenazas y los asesinatos de lideresas y líderes sociales, de defensorxs de los derechos humanos, de quienes reclaman por la restitución de tierras, o contra la devastación de los territorios, los ríos, los cerros, los montes, la vegetación y la vida animal. Contra los pactos patriarcales entre organizaciones criminales y estados silenciosos, defendemos y elegimos nuestros tejidos feministas que no conocen fronteras: si tocan a una nos tocan a todas, no estamos solas.
Decimos: “¡Basta de amenazas y asesinatos de las lideresas indígenas y afrodescendientes!” Exigimos que el Estado deje de ser cómplice del accionar mafioso de los perpetradores del más violento exterminio humano y ambiental.
Colectivo Ni una menos, Argentina