Lxs mataron para endeudarnos, ni olvido ni perdón. Fuera el FMI
Las guerrilleras son nuestras compañeras
Otro 24M y volvemos a Plaza de Mayo porque no queremos estar ausentes, ni cumplir con algún ritual que nos confine al lugar de víctimas. Volvemos a la plaza porque la Memoria no es un recordatorio ni puede encapsularse en una efemérides. Volvemos porque la Verdad todavía nos falta y aún perseguimos Justicia por los crímenes del terrorismo de Estado. Este 24M, a 45 años del golpe de Estado cívico-empresarial-militar-eclesiástico, volvemos a la plaza para conmemorar las desobediencias de nuestras compañeras, las que nos faltan y las que están en los distintos territorios luchando a diario por la dignidad de la vida. Volvemos a las calles porque estar en nuestras casas no será seguro mientras nos sigan matando dentro y fuera de ellas, mientras los poderes concentrados continúen aumentando los precios, provocando incendios, contaminando nuestras aguas. Mientras los mismos poderes concentrados que fueron cómplices de aquel golpe de 1976 continúen operando con total impunidad, seguiremos volviendo a las calles.
Por nuestras compañeras las guerrilleras, las invisibilizadas que estaban en todas las organizaciones luchando de igual a igual con sus compañeros pero cargando ellas con sus hijes, organizando cuidados colectivos, tomando el cielo por asalto. Las guerrilleras son nuestras compañeras, las que trabajaban en las fábricas y las que se organizaban; las que montadas sobre la lucha de clases ponían el cuerpo y discutían revoluciones dentro y fuera de sus casas. Son nuestras compañeras las guerrilleras que desde nuestras luchas de hoy podemos reconocer como trabajadoras, porque #TrabajadorasSomosTodasyTodes y porque cada vez es más necesario alzarse contra las injusticias.
Son nuestras compañeras las guerrilleras, las que cruzaron fronteras con nosotres a cuesta escapando de la muerte para no soltar sus rebeldías; las que parieron en el encierro, en un campo de tortura, en las cárceles. Son nuestras compañeras también las que ahora se defienden de la violencia machista y son criminalizadas, las que no esperan y abren espacios de libertad tomando para ellas el derecho a defenderse. Somos compañeras de todas las que con el cuerpo-territorio defienden los ríos, las montañas, los bosques, la Mapu, la Pacha, a sus hijes, su deseo y su desobediencia; les que se enfrentan a las fumigaciones y a las lógicas del mercado y el neoliberalismo. Somos compañeras de quienes enfrentan el extractivismo, los desmontes, los incendios. Porque no hay catástrofes “naturales” ni “recursos” humanos o naturales, hay un sistema de producción explotador de nuestros cuerpos-territorios. Porque no es prerrogativa de la “humanidad” el exterminio de la tierra, el aire, el agua y todo lo que convive sobre ella, es el poder capitalista y patriarcal que todo lo arrasa, y contra el que luchamos.
Son nuestras compañeras las combatientes de todas las latitudes: las amigas chilenas que se apoderaron de las calles, las brasileñas que luchan contra el fascismo, las del Kurdistán, las zapatistas, las paraguayas que reclaman por las niñas asesinadas por las Fuerzas de Tareas Conjuntas, las lideresas colombianas perseguidas y asesinadas a diario, las travas y les trans que denuncian el exterminio de sus existencias incómodas, las que desafían las fronteras y sus guardianes armados, las que levantan sus casas con lo que tienen y contra todo, las que resisten la violencia de los desalojos y la represión de las policías que custodian antes que nada la propiedad “privada”. Las que duermen en la calle con sus hijes y soportan el frío y todo tipo de violencias por la falta de vivienda en esta pandemia.
Retomamos la fuerza ancestral. Junto a las hermanas y hermanes indígenas y negras, afrodescendientes, afroargentines, afroindígenas. Seguiremos luchando contra el racismo y el genocidio. “Florecer por Marielle” es el abrazo que seguimos ofreciendo a la compañera favelada, negra, lesbiana, carioca y con ella, a todas las amigas que luchan en ese territorio asolado por el fascismo. Porque la lucha no puede ser acallada, nunca lo será; la verdad y la memoria florecen, como Marielle y como nuestras compañeras las guerrilleras. Por cada muerta, por cada herida, por cada presa, florecerán miles.
Son nuestras compañeras las maricas, las travas que pusieron cuerpo y deseo en las luchas revolucionarias: las pocas visibles y la inmensa mayoría invisibilizada. Estigmatizadas por rebeldes, temidas como las brujas. Son nuestras compañeras las indígenas que sufrieron el genocidio y las que siguen resistiendo, las negras que se enfrentaron a la esclavitud, que estuvieron en las luchas revolucionarias y libertadoras; somos compañeras de nuestras madres y nuestras abuelas, por todos esos mandatos que tuvieron que enfrentar. Retomamos su lucha, nos fortalecemos con su memoria, las hacemos presentes.
Compañeras entre nosotres, compañeres de las guerrilleras que nos arrancaron, otra vez volvemos a la plaza para romper esta lógica de asfixia extractivista, racista, colonialista y neoliberal que impone la obediencia del hambre y las deudas, la falsa paz custodiada por las armas de la represión. No nos creemos el cuento de que ya no hay otros mundos posibles. Nuestras voces están atravesadas por la memoria del terrorismo de Estado, por la búsqueda de Verdad y de Justicia, todas nuestras voces gritan cada 24 de marzo contra el genocidio, contra el empobrecimiento programado que jerarquiza unos cuerpos por encima de otros. Unas niñeces por encima de otras. Una forma de ser y de estar en este mundo por sobre otras. Un único mundo por encima de muchos otros mundos que habitamos y defendemos. Porque el 24 de marzo no es sólo la memoria de la tortura y de la muerte. Es sobre todo reivindicación de las desobediencias y de las luchas. Es un compromiso de compañeras y compañeres de reinventar las luchas de antes y las de ahora contra toda resignación, contra todo ritualismo vacío y desactivante.
Nosotras, nosotres, como las guerrilleras en fuga de todos los mandatos, también queremos cambiarlo todo. Somos, como ellas, amantes, tirabombas, madres y xadres, amigas, indias, negras, travas, brujas, marikas, que militaron por sus ideales, con un deseo que era tan claro como es hoy nuestro deseo: romper un sistema injusto, opresor, asesino, patriarcal, extractivista, racista y colonial. Compañeras guerrilleras: ¡Presentes! Presentes en la memoria y en el cuerpo.
Hoy más que nunca:
¡Ni olvido ni perdón: rebelión!
Juicio y Castigo
Son 30 mil, fue genocidio
Apertura de todos los archivos de la dictadura del 74 al 83
La casa de los genocidas es la cárcel
Son 526 años de genocidio negro e indio
Basta de represión
Al patriarcado racista lo vamos a tirar
¡Al clóset, al calabozo y al biologicismo no volvemos Nunca Más!
Las guerrilleras son nuestras compañeras
Guerrilleras en fuga